jueves, 24 de noviembre de 2011

cine independiente americano: jim jarmusch

"Hollywood no viene a preguntarme cómo hacer sus negocios, por eso yo no quiero que venga a decirme a mí qué hacer de mis películas. No tengo nada en contra de ellos, pero prefiero tenerlos bien lejos. La belleza y el amor que siento por el cine radican en su capacidad para ofrecer distintas miradas sobre el mundo. Quiero poder elegir en libertad mi propio camino para contar una historia y cometer mis propios errores. Yo quiero hacer películas como surjan y no me gusta para nada que alguien, solo porque tiene dinero, me diga cómo debo hacerlas" 


Pocos cineastas contemporáneos han sido capaces de extraer el cine independiente de ese 'guetto cultureta' plomizo de pajilleo mental intelectualoide como lo ha hecho Jim Jarmusch, siendo consecuente con su concepción de una mirada diferente y siguiendo pese a todo sus propios instintos creativos. Jim nace en Ohio en 1953 aunque de origenes checo-irlandeses. Fue su progenitora quien introdujo a nuestros protagonista en el oscuro pero iluminador mundo de los cines de barrio, donde empezó a engullir pelis de todo tipo mientras sisaba libros "para adultos" a sus hermanos cuando se daba la ocasión. Las lecturas de William Burroughs, Jack Kerouac y otros heterodoxos de la contracultura  y las escuchas de bandas como The Mother Invention, de Frank Zappa y otros grupos innovadores de la década de los 60 y 70 hicieron que se fuera acercando a otros modos de reflejar las situaciones que posteriormente se verá reflejado en buena parte de su iconografía y procedimientos cinematográficos. Pronto la literatura se convertiría en su primera gran pasión, alentada en parte por la figura de su abuela materna.  

Tras su graduación de secundaria emigra a Chicago allá por el 71, donde consigue trabajo en una escuela de periodismo, que poco después le invitaría amablemente a abandonar debido a su escasa asistencia. Fue entonces cuando se presentó en la Universidad de Columbia decidido a convertirse en poeta. Estudió literatura inglesa y americana con profesores más o menos enrollados que marcarían una evolución en su estilo creativo y literario, alejado del llamado 'mainstream', y materializada en  sus relatos para el diario universitario Columbia Review. Después pasará una temporada en París, donde trabaja de repartidor para una galería de arte y donde se hincha a devorar cine  de medio mundo apoltronado en las butacas de la Cinématèque Francaise. 

En 1979, concluído el periplo francés y con nuevas ideas y trabajos en el bolsillo, vuelve, esta vez a New York, donde trabaja como músico con un par de grupillos y decide presentarse en una prestigiosa escuela universitaria de cine: la Graduate Film School, a ver si sonaba la flauta. Contra todo pronóstico, pues no tenía experiencia alguna en realización cinematográfica, fue seleccionado para un curso presentando como únicos credenciales una colección de fotos y una redacción escrita sobre teoría del cine. Fue en esta fase cuando entabla relación con personajes relacionados con el cine independiente americano como Sara Driver (su pareja hasta la actualidad) o el bueno de Spike Lee. A finales de la década de los 70 estos y otros artistas conformaban una escena local en torno a un garito mítico de la ciudad: El CBGB, club fundamental en la eclosión del punk y la new age, escenario propulsor de bandas como Ramones, Blondie o New York Dolls entre otros, y bar de cabecera de multitud de modern+s y artistas alternativ+s de todo pelaje de la ciudad que nunca duerme. 


Cameo de Jim Jarmusch en 
un capítulo de Los Simpson


En su último año en la universidad tuvo la fortuna de trabajar de asistente para Nicholas Ray el prestigioso cineasta que, por aquel entonces, se encontraba impartiendo clases por estos lares. Con éste tendría una anécdota, recordada posteriormente en alguna de las escasas entrevistas concedidas, que refleja bien su posicionamiento con el cine. Tras mostrarle en busca de alguna crítica previa un guión que había escrito, Ray le reprochaba la falta de acción del mismo, crítica a la que Jarmusch reaccionó reescribiéndolo con menor acción dramática todavía. Cuando Ray vio el resultado final no pudo más que felicitarle por su caracter independiente y su vehemente personalidad. 


Durante la convalecencia final de Ray, en lucha contra un cancer que le consumía rápidamente, colaboró en un documental realizado por éste con el realizador alemán Wim Wenders llamado 'Lighting over Water'. Tras la muerte de Ray en el 79, y tras realizar su primer largo llamado 'Permanent Vacation' que se presentaría un año después, la universidad de NY decidió no darle a nuestro hombre el título de graduado, hecho que tampoco le causaría daños cerebrales irreversibles. Este primer largometraje, que contiene algún dato autobiográfico y rodado con escasos 12.000 dólares, está centrado en las correrías de un joven bohemio por las calles de Manhattan. John Lurie, músico de jazz, actor fetiche y amigo de Jarmusch contribuyó con su actuación como actor y con una banda sonora en cuyo proceso compositivo formaría también parte el propio Jarmusch. No recibió buenas críticas y pasó sin pena ni gloria por alguna que otra destartalada sala de cine independiente para regodeo de tres o cuatro cinéfagos compulsivos. 

En el 84 sale a la luz 'Stranger than Paradise' su segundo largo con un presupuesto bastante más holgado y algo más de experiencia cinematográfica a las espaldas. Una road-movie de humor seco que narra el viaje de NY a Cleveland y Florida de tres chavales desencantados en busca de nuevos horizontes. En esta película se plasma con mayor claridad la estudiada ruptura con procedimientos y esquemas del cine convencional que emanaba por doquier en un Hollywood como siempre mercantilista y Jim comienza a granjearse buenos comentarios por parte de la crítica. También fue condecorado con el Camera d'Or en el festival de Cannes ese mismo año y la National Society of Films Critics le otorgó un premio a la mejor película del año. El nombre de Jarmusch empieza a sonar con mayor fuerza en las esferas culturetas y en el mundillo del cine "de autor". En cuanto a la peli, no tardaría en convertirse en un "clásico de manual" de la historia del cine independiente.

Escena de 'Stranger than Paradise' (1984)

"Me interesan los momentos no dramáticos de la vida. 
No me interesa hacer películas relacionadas con el drama."

Dos años después un Jarmusch en estado de gracia engendrará una de sus mejores criaturas, 'Down by Law', traducida en su versión hispana con el título 'Bajo el Peso de la Ley'. La historia de tres presos que consiguen huir de una prisión en Nueva Orleans. Protagonizada por el ya 'jarmuschiano' John Lurie (quien ya había co-protagonizado sus anterior filmes), Tom Waits (que, por supuesto, también se hace cargo de alguna de las piezas musicales de la fantástica banda sonora) y un Roberto Benigni que hasta el momento no es más que un perfecto desconocido para el gran público americano. Rodada en un riguroso blanco y negro, como ya será una constante en buena parte de  sus producciones, este film supone la primera colaboración de Jarmusch con el cineasta holandés Robby Müller, a quien ya conocía por colaboraciones anteriores con el ya mencionado Wim Wenders. La película escapa  de todos los convencionalismos del a menudo recurrente género carcelario y lejos de centrarse en la maquinación y puesta en marcha de la fuga o en los archimanidos tópicos del género incide en la interacción entre los propios evadidos, los conflictos dialécticos y en general en los aspectos menos espectaculares o morbosos de una historia que 'a priori' debería (y no lo es) ser de acción trepidante. Esta omisión premeditada de todo lo que huela a acción o grandes acontecimientos es, desde nuestro punto de vista un gran acierto en buena parte de la filmografía de Jarmusch. 

Sus siguientes dos películas, similares en cuanto a estructura narrativa, son 'Mistery Train' (1989) y 'Night on Earth' (por una vez, con tradución literal en español, 'Noche en la Tierra' de 1991). La primera cuenta tres historias que se  producen de forma simultánea en tres habitaciones de un pequeño y casposo motel de Memphis, con apariciones estelares como la de Joe Strumer (vocalista de los míticos The Clash) o el gran Steve  Buscemi, estuvo nominada a la preciada Palma de Oro en Cannes. La originalidad del esquema narrativo utilizado en esta cinta hace que la experiencia de actores y actrices o la complejidad de la puesta en escena pasen a un segundo plano para centrarse en contar bien la historia. La segunda está dividida en cinco partes con  cinco historias que ocurren en taxis de varias ciudades del mundo (Los Ángeles, Nueva York, París, Roma y Helsinki) en el intervalo de una noche. Todas las historias están narradas desde el interior del propio taxi y con una duración equivalente a la 'carrera' de turno. El guión fue escrito en tan solo una semana, y cuenta de nuevo con Roberto Benigni, haciendo de taxista salido que recoge a un obispo vaticano en el centro de Roma, y de cuatro historias más cada cual más rocambolesca. No me voy a alargar contando cada historia o aburridos listados de fechas y nombres. Os aconsejo que la veáis.

Ya de finales de los 90 son la lisérgica 'Dead Man' (1995), con Johnny Depp de protagonista en una especie de western existencial y alucinado con una estética de cine b más que calculada. Esta película, con un presupuesto muchísimo mayor (9 millones de dólares) que el del resto de su filmografía, no deja de ser muy arriesgada en cuanto a narrativa y guión, así como tremendamente alejada de la comercialidad esperable de ciertos presupuestos. Ojo al personaje del indio, una especie de espectro que se mueve entre la alucinación y la realidad, la vida y la muerte, lo absurdo y lo trágico. La banda sonora es de su admirado Neil Young, para quien filmaría un documental titulado 'Year of the Horse' un par de años después. 

'Dead Man' con Johnny Depp (1995)

'Ghost Dog: the Way of the Samurai', ('Ghost Dog: El Camino del Samurai') es otra demostración de la versatilidad creativa de Jarmusch. Es una especie de thriller de barrio violento y cargado de referencias filosóficas, que conjuga con bastante éxito la acción y la reflexión. Forrest Whitaker encarna el papel de joven del suburbio ocioso y obsesionado por el Hagakure, (una teoría y entrenamiento filosóficos de los samurais del siglo XVIII), que acabará convertido en un despiadado asesino a sueldo de una mafia con la que tiene ciertas deudas pendientes. Recuerdo haber visto en la tele esta película una noche de madrugada por casualidad, estaba unos minutos empezada, pero no tenía ni idea de que era de Jarmusch. El caso es que me gustó tanto que al terminarla rápidamente fui a consultar en Google sin apenas datos, pues no me acordaba siquiera del nombre del actor. La banda sonora es de RZA, aka de un rapero americano (Robert F. Diggs), perteneciente al grupo de hip hop Wu Tang Clan, y, como todas las selecciones musicales del director, acertadísima.

Tras cinco años de sequía creativa, se estrena la interesante 'Coffee & Cigarettes', colección de 11 cortometrajes (algunos de ellos premiados) de personajes varios tomando café y cigarrillos en un tugurio cutre y conversando sobre materias variadas y por lo general, insustanciales. Muchos de estos diálogos recuerdan esas típicas charlas tarantinescas de Reservoir Dogs o Pulp Fiction. Por la película desfilan, entre otros, Iggy Pop, que charla con Tom Waits, Steve Buscemi de hostelero (ver video de 'Twins' más abajo) o al ubicuo Roberto Benigni de nuevo. La banda sonora, con unos cuantos temas que van de la clásica a Toots & the Maytals, los propios Stooges o el también inevitable Tom Waits. 

La siguiente película, 'Broken Flowers', ('Flores Rotas', 2005) solventemente interpretada por Bill Murray en un papel que ni pintado, se adentra en terrenos más próximos a lo que podríamos llamar cine convencional, aunque sin dejar de ser una historia bien hilvanada, con un guión bien resuelto y entretenida. Narra la historia de un prejubilado y solterón que, aburrido de estar ocioso a la fuerza, y tras recibir una carta de una ex por la que se entera de que tiene un hijo de 19 años, decide emprender el camino en su busca. Para ello se servirá, en lo que parece una parodia del género, de la ayuda de un pintoresco vecino y amigo,  personaje aficionado al género detectivesco, que, cual Sherlock Holmes de comic b, le intentará ayudar a desentrañar el misterio. Emprenderá un peregrinaje en busca de cuatro amores del pasado a la busca de las claves para dar con la pista de ese repentino hijo inesperado. 

 'The Limits of Control' (2009) es la última película del bueno de Jim. Es un thriller ambientado y grabado en España sobre un solitario asesino con una misión pendiente. De esta última película poco más puedo decir pues aún no he tenido ocasión de 'videarla'.

La mirada reposada del cine de Jarmusch se aparta siempre de lo excepcional y lo dramático para dar protagonismo a lo cotidiano, dando su tiempo a los silencios y a esos momentos supuestamente irrelevantes o triviales de los que están plagada cualquier vida. Dar importancia al detalle, a la inmediatez del aquí y ahora. Una mirada enfocada en aquello que otras desecharían automáticamente por ¿aburrido?, haciendo acertada esa frase que dice que lo que es basura para un+ es un tesoro para otr+. Un cine ecléctico y exento de grandilocuencias que debe a la fuerza estar liberado de la obsesión del beneficio rápido y las búsquedas desesperadas de una audiencia masiva. Una desmitificación de ese hipócrita 'american way of life' sin necesidad de hacer una crítica mordaz sobre ésta, simplemente recorriendo otras dimensiones que  también están ahí, fuera del alcance de los lucrativos tópicos del cine made in USA. Si algun+ no tenéis el placer de haber visto sus muy aconsejables trabajos no sé a qué estáis esperando. Abajo, unas secuencias de la genial 'Blue in the Face', (secuela de la también muy recomendable 'Smoke' y grabadas ambas en un intervalo de ¡5 días!) dirigida por Waine Wang y Paul Auster, con Lou Reed, Jim Jarmusch y Harvey Keatel, entre otros. 

Iggy Pop y Tom Waits fuman y charlan en 
uno de los 11 cortes de "Café y Cigarrillos" (2003)


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