música industrial contra industria musical (part2)
Monte Cazazza, también ligado al sello de Industrial Records, provenía de San Francisco, donde hacía performances y espectáculos ligados al lado más trasgresor del performance art, intentando herir sensibilidades muy en la onda de Coum Transmission. La reputación de Cazazza como "gangster-artista" comenzó a fraguarse en la escuela de artes de Oakland, donde en su primer proyecto escultórico derramó una catarata de cemento en la escalera principal del edificio, dejándola inpracticable, y consiguiendo que le expulsaran al día siguiente de la escuela. Después desapareció una temporada entre rumores de jaulas y psiquiátricos. Su primera visita a Inglaterra y la edición de su primera publicación datan de 1980, donde trabajó junto a Genesis P. Orridge y The Leather Nun, otra formación que también editó algún disco para Industrial Records. Tana Emmolo Smith tocó la guitarra con él y colaborado con él en ulteriores trabajos: “Conocimos a Monte en 1974 por correspondencia. En 1976 le conocimos en San Francisco. Nos gustaban sus acciones, imágenes e ideas y empatizamos. En 1978 le invitamos a venir con nosotros a conocer Londres. Cuando vino le sugerimos que hiciera un single, aceptó y hizo IR0005 como un disco deliberadamente dificil de escuchar [...] porque nunca se preocupaba de los discos y la música es la única persona que tuvimos siempre en el sello. Tiene la actitud perfecta y también está dotado para nuestra forma de entender el mundo”.
El caso de Cabaret Voltaire es importante no sólo como el grupo propiamente industrial que era en su primera época sino por haber sido el primer nexo de unión entre la música industrial y las pistas de baile, así como la fusión más visible de dub, punk o elementos orientales.
Cabaret Voltaire empezó a jugar con los sonidos en 1974, aunque hasta cuatro años después, en el recopilatorio del sello Factory Records A Factory Sampler, no aparece una referencia del grupo. En cualquier caso, la etapa más interesante, a nuestro parecer, del grupo es la que va de sus comienzos al album Red Mecca, de 1983, ya que albumes posteriores se alejan, con alguna contada excepción, de la materia que nos interesa. Formado por Richard H. Kirk y Stephen Malider como guitarrista y bajo, y Chris Watson manipulando cintas, en Shefield, sus comienzos, al igual que Throbbing Gristle, estaban más próximos al arte de performance que al propiamente musical. El nombre del grupo, de influencia dadaísta, y la adhesión del grupo a postulados de este movimiento y otros como el situacionismo de Guy Debord, se refleja en el eclecticismo de sus primeras grabaciones. Ya a mediados de los 80 se encaminaron por otros derroteros. El objeto de nuestra atención son aquellas primeras grabaciones, en las que el ruido, el industrial y el punk alternativo se mezclaban, dando lugar a una de las bandas más revolucionarias de finales de los años 70, que no atrajo toda la atención que merecía.
El grupo debutó con Mix-up, un curioso amalgama de funk industrial repleto de efectos sonoros y loops de cassette. En 1978 publican su primer single, Extended Play, con el sello en el que editaron estas primeras grabaciones: Rough Trade. A comienzos de los 80, el trio empieza a diversificar su trabajo, haciendo bandas sonoras para peliculas y colaboraciones con otras bandas. Chris Watson abandonó el grupo para trabajar en la televisión, y fue sustituido por Eric Random. En 1983 Cabaret Voltaire abandona Rough Trade y firman un contrato con Some Bizarre/Virgin, donde el sonido del grupo se empieza a distanciar bastante de ese oscuro estilo industrial y oscuro, acercándose más a estilos más bailables, y a un house que emergía del corazón de Manchester, ciudad que por aquel entonces gestaría los principios de lo que se ha venido llamando "cultura de club". Crackdown (1983) es el album que representa el cambio de rumbo del nuevo trio. Chris Watson formó después parte de The Hafler Trio.
La vertiente más agresiva y aplastantemente ruidista entre los seminales grupos de industrial fue aportación de Whitehouse, adlateres de la corriente más brutal y despiadada del sonido. William Bennet y Philip Best formaron en 1980 esta banda haciendo del ruido blanco una seña de identidad, un estilo que con los años va ganando adeptos. Conciertos que se mueven (siguen en activo) entre la violencia, la catarsis y la dominación de un público agredido por toneladas de ruido blanco y detonaciones criminales. Terrorismo sonoro en estado puro, aunque sus directos cuentan con numerosos detractores que sólo ven en ellos mareas de ruido molesto sin ton ni son.
El sonido de Whitehouse trabaja con ultrafrecuencias y carece de cualquier rastro de melodía o elementos percutivos. Su primer disco, The Birthdeath Experience (1980) es una buena muestra de ello. Una hora de enfermedad, sexo explícito y ruido blanco y rosa generan de todo menos indiferencia, en una búsqueda sin cuartel de los límites de lo audible y soportable.
En palabras del propio Bennett: “Creo firmemente que el uso de sonidos extremos y ruidos puede ser muy poderoso utilizado como herramienta ... algo sin sentido, como un fin en sí mismo y aunque Whitehouse puede trascender los límites tradicionales de lo que nosotros entendemos hoy día como "la música", yo todavía creo que pertenece firmemente a una tradición musical”.
Lo explícito, provocador y la temática violenta y sado-masoquista, con samples de discursos hitlerianos incluidos, ha llevado en no pocas ocasiones a que las actuaciones del grupo estén llenas de incidentes, con peleas con el público, denuncias contra ellos de grupos católicos o irrupciones policiales para abortar conciertos.
La influencia de Whitehouse en la vertiente de ruido extremo es indudable, teniendo especial acogida en Japón, quizás el país con más artistas y también seguidores de este género. El extremismo sonoro del nipón Merzbow, o los crudos montajes de los americanos Wolf Eyes (entre otros tantos) representan en la actualidad, entre otros tantos, esta corriente.
Whitehouse, como también TG o Psychic TV fueron grupos que incorporaron elementos subliminales con bajas frecuencias en un intento de intensificar el shock del mensaje y la imagen, en contraposición quizas a la subliminalidad utilizada por medios audiovisuales de masas con el fin de engañar o uniformar.
“Siempre tuve la fantasía de hacer un sonido
que pudiera machacar al público, someterlo”
[Entrevista de William Bennet para la revista Factory]
Einstürzende Neubauten también han sabido mantenerse en la nómina de músicos que gira en torno al oscuro primitivismo y a la experimentación industrial. Un berlinés llamado Blixa Bargeld y un norteamericano, N.U. Unruh, tras verse obligados a vender sus instrumentos, decidieron que harían música aunque tuvieran que inventarse sus propios artilugios musicales. Ayudados por un amigo también músico, se hicieron con planchas metálicas y varios instrumentos de chatarra y deshechos industriales con la que tenían ya una buena base sobre la que cimentar su música. El nombre del grupo: Demoliendo Nuevos Edificios, supone la base teórica del espiritu de un grupo que fue clave en el industrial gestado en Alemania a principios de los 80. La banda perteneció al movimiento Die Geniale Dilletanten, un movimiento de dadaismo musical ya mencionado que, en la estela de lo que ya hicieron los futuristas en los primeros años de siglo, querían revolucionar los convencionalismos musicales, usando sierras, taladros y demás herramientas como instrumentos, y buscando salidas diferentes. En una primera época, sus espectáculos concedían más importancia a la representación-performance que al propio hecho artístico, y montaban los escenarios en cunetas de autopistas o depósitos de agua, que contribuían a aumentar los decibelios y la reverberación.
En 1983, la incorporación de Alexander Hacke a la guitarra y Mark Chung al bajo dieron estabilidad al grupo, llevándolo poco a poco a terrenos más líricos, aunque oscuros e interesantes también. Halber Mensch (1985) es quizás el disco en el que se empieza a apreciar esta transformación.
Con la disolución de Throbbing Gristle en 1981 - con epitafio adjunto llamado “The Mission is Terminated” - Genesis formó Psychic TV y Thee Temple ov Psychick Youth, colectivo por el que pasarán a lo largo de su existencia numerosos músicos, como Marc Almond - de Soft Cell - o Andrew Weatherall. Temas como el paganismo, la magia, el ocultismo o el anarquismo tienen cabida en este grupo ecléctico, abierto y de todo menos convencional, que alberga un record Guiness por cantidad de discos publicados (tienen más de 80!!!). En palabras de Genesis: “Una de las razones de dar por terminada la misión TG fue la necesidad de descubrirme y hacer del misticismo, la magia y el chamanismo el eje central de mi música y mi arte [...] ... estaba usando las oportunidades a mi alcance para establecer el contexto de lo que yo sentía como la inevitable siguiente fase en la cultura popular; en la exploración y creación de un “alma” en la inconsciencia del rock”
La música de Psychic TV bebe de influencias diversas como la psicodelia, la new age, la experimentación o el punk, entre otros.
El Templo de la Juventud Psíquica era una suerte de colectivo ligado al grupo y emparentado con el paganismo y el ritualismo en el sentido más moderno de la palabra. Organizaban raves, editaban fanzines y otras publicaciones y manifiestos, y, al igual que TG, contaban con su propio sello discográfico, llamado Temple Records, donde se publicaron buena parte de las referencias del grupo.
Su primer tema del grupo; “Just Drifting”, es una balada romántica salpimentada con algún elemento psicodélico y supuso una declaración de principios en oposición a la agresividad de TG, y marcando un cambio de rumbo en la temática y el estilo bastante significativo.
Como ya ocurría como Coum Transmission y TG, Psychic TV y el Templo estuvieron permanentemente en el punto de mira del flanco conservador más reaccionario de la sociedad británica hasta el punto de que en septiembre del 91, coincidiendo con el decimosexto aniversario de TG, la policia irrumpía en casa de los Orridge cuando no estaban y se incautaba de un arsenal audiovisual de dos décadas de producción artística alegando que se trataba de material ilegal y obsceno.
En 1999 Orridge creó Thee Magesty, una plataforma de spoken word y secuencias ambientales. El hostigamiento llegó a un punto que, finalmente, llevó a la familia Orridge al auto-exilio a EE.UU. Tras someterse a un cambio de sexo continua en activo y hace música, escribe, da recitales y dirige Transmedia Foundation, colectivo multidisciplinar.
Clock DVA surge en Sheffield en 1978, y provienen de la misma escena industrial de TG y Cabaret Voltaire. El proyecto comienza como dúo con Adi Newton y Steven “Judd” Turner. Su primer single 'White Souls in Black Suits' (1980) está referenciado por Industrial Records. Del 81 es Thirst, en su día muy bien acogido por la crítica. Esta primera etapa más ruidista y experimental destaca por el uso de sintetizadores y loops de cintas. Poco después hubo una primera ruptura en el grupo y surge un proyecto alternativo llamado The Box. En 1983 resurge de nuevo el grupo y edita “High Holy Disco Mass” para la discográfica Polydor y con el nombre de DVA. Con la aparición de Advantage se puede vislumbrar el camino que seguirá el grupo a partir de entonces, pero el grupo vuelve a desaparecer y Newton aprovecha este tiempo para formar The Anti-Group, que llega a editar varios albumes y que retoma la primera etapa experiemntal y ruidista de Clock DVA. En el 87 resurge el grupo, reforzado por Dean Dennis y Paul Browse, y más encaminado al techno industrial. De esta etapa es Buried Dreams, quizás su album más conocido y temas como “The Hacker”. En esta etapa ya se pinche ebm y electro-punk en algunos clubs europeos de países con tradición en el género como Alemania o Bélgica.
Dean Dennis ha hecho también trabajos en solitario bajo los nombre de Sector y Nohno (Metropolis - 2oo6) con su propio sello discográfico Out to Lunch Recordings. Paul Browse también sacó a la luz un album como Vision of Excess (Sensitive Disruption - 2oo4). Newton sigue haciendo música e impartiendo clases de video y audio
Además encontramos muestras en la historia de la música de incursiones en el ruido de músicos cuyas discografías diferían bastante de este estilo. Tal es el caso de Lou Reed, que tras su permanencia en The Velvet Underground hizo un controvertido album llamado Metal Music Machine (1975), que todavía hoy genera polémicas entre los aficionados al género, acerca de su posible naturaleza de maniobra estratégica en sus rifi-rafes con la discográfica, sin supuesta validez artística, aunque también cuenta con acérrimos seguidores. El propio Reed tampoco ayudó demasiado, siendo ambiguo y contradictorio cuando se le preguntaba en las entrevistas acerca de dicho album. En cualquier caso Metal Music Machine es un disco que ha ido a parar a manos de amantes del ruido, bien como curiosidad melomaníaca o como un disco realmente a tener en cuenta.
El mercado de las cassettes y el mail-art fue la alternativa a las grandes discográficas y a los altos costes de la edición y distribución. Aunque el alcance de esta forma de distribución tenía evidentes limitaciones y un alcance relativo suponía un buen medio de subsistencia autogestionada al margen del mercado masivo, y también suponía la total libertad creativa para los propios músicos, que no se veían obligados a hacer algo para deleite de las discográficas. La cultura de la cinta ayudó a la difusión de músicas no convencionales desde un sistema del “no profit”, esto es, sin beneficios. Las grabadoras Aiwa y Tascam, comercializadas a mediados de los 70 contribuyeron a la supervivencia de circuitos alternativos donde abundaban los sellos domésticos y catálogos como el belga Cassette Gazette, pero este fenómeno, desgraciadamente, apenas sobrevivió a la incursión del controvertido cd, que aniquiló prácticamente el mail-art en los 90.
El vídeo también es, quizás, uno de los elementos fundamentales del fenómeno industrial. En una época en que se empiezan a dejar ver los primeros videoclips de la historia _se considera que el primero fue el “Bohemian Rhapsody” de Queen en el año 1975_ los músicos industriales también hacían lo propio en el mundo audiovisual en la medida de sus posibilidades, sacando partido de la obsolescencia en los proyectores de la época, los errores de visionado, el feedback o la baja calidad del color o la imagen como parte indisoluble de su estética y la puesta en escena.
continuará...
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